Ya hemos hablado en varias ocasiones del papel determinante que sigue desempeñando la publicidad off line en la notoriedad de las marcas. Y es que carteles, folletos, cuñar radiofónicas o spots publicitarios han venido acompañándonos a lo largo de nuestra vida, configurando en muchos casos nuestros hábitos de compra.
Por ello, por la importancia que la publicidad ha tenido a lo largo de la historia, hoy dedicamos la entrada de nuestro blog a hacer un repaso de la historia de uno de los primeros soportes publicitarios: el cartel publicitario.
El primer cartel publicitario en España -reconocido como tal por el Ministerio de Educación-, fue un cartel taurino, que anunciaba una serie de corridas de toros en 1737. Su desarrollo se produce a la par que el desarrollo de las ciudades y la concentración de la población en núcleos urbanos, a mediados del siglo XIX. Por aquel entonces, el cartel tenía un función meramente informativa y permitía dar a conocer la información, de forma eficaz y económica. No obstante, en esa época se comienza a utilizar la cartelería para informar también sobre de productos, ofertas, etcétera, surgiendo el cartel publicitario tal como lo conocemos hoy.
Aunque si confrontamos un cartel publicitario actual con uno del siglo XIX observamos diferencias, sobre todo en cuanto a diseño, la idea y el propósito de este elemento entonces y ahora son muy similares.
Los carteles publicitarios de la época empleaban imágenes grandes que trataban de captar la atención de quienes pasaban por la calle, con un mensaje caracterizado por su claridad y contundencia. Pronto este tipo de cartel comenzaría a distribuirse en masa, copiado, bien a mano, bien empleando la imprenta.
En pocos años, el cartel de espectáculos y todo tipo de carteles publicitarios se convirtieron en algo común en las calles, elemento que, además, dotaba de encanto a las ciudades.
En paralelo, la creación de carteles publicitarios comenzó a considerarse un arte. Su momento culmen se produjo cuando comenzaron a organizarse las primeras exposiciones dedicadas a esta ‘forma de arte’, cuando surgen los primeros coleccionistas y las primeras revistas especializadas.
Con ello, a finales del siglo XIX, vista la fuerza de este medio de comunicación, el mundo de la política recurrió también al cartel publicitario. Así, surge el cartel político, que se basaba en el método del cartel publicitario.
En estos años, París fue una de las principales ciudades en las que se dieron muchos de los avances tecnológicos que se aplicaron al cartel publicitario. Una figura que destacó fue la de Toulouse Lautrec, conocido por sus imágenes de las bailarinas de Moulin Rouge. A partir de esta ilustración, el pintor decidió desarrollarse en el mundo publicitario y editorial como Pendu o Le Tocsin. Su principal aportación y seña de distinción fue introducir texto y letra en sus carteles, además de utilizar imágenes llamativas, a la par que limpias, proporcionando emotividad al color.
Asimismo, durante la primera mitad del siglo XX, caben destacar las obras en cartel publicitario y político de corrientes como las vanguardias rusas, entre las que sobresalen las obras de artistas pertenecientes al Constructivismo.
En su vertiente política, en aquellos años, un cartel que pasaría a la historia fue del británico Alfred Leete, Your country needs you (1914), cuyo protagonista, Lord Kitchener, señala al viandante con el dedo índice y solicita su alistamiento. Unos años después, en 1917, el norteamericano James Montgomery Flagg imita este formato, con el que surge el famoso cartel del Tío Sam, diciendo I want you for U.S Army. Con una distribución de 5 millones de copias de este cartel, observamos ya el potencial que la propaganda bélica llega a tener.
Volviendo a Europa, cabe destacar también la escuela alemana Bauhaus, una de las principales escuelas de diseño gráfico y que ha ejercido una importante influencia en el cartel publicitario. Esta escuela busca la sistematización tipográfica, priorizando enfatizar la claridad, pues superpone la legibilidad a la estética.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el cartel publicitario evoluciona hacia un nuevo concepto, incluyendo mayor elemento visual, la fotografía y los montajes fotográficos. Con este surgimiento, surge también el primer enfrentamiento entre tecnología y tradición, pues ciertos colectivos abogaban por el cartel tradicional frente a las imágenes reales que prestaba la fotografía.
Durante estos años aumentan también las variedades de cartel: formativo, social… Evolución que se se incrementa con la llegada de nuevas tecnologías, soportes nuevos como vallas, dotándolos de iluminación, etcétera.
Este desarrollo ha permitido que hoy día el diseño de carteles siga siendo una de las fórmulas más empleadas para llamar la atención del cliente potencial, combinando arte con un componente comercial.
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