Otra vez ya, nos encontramos a las puertas de la Navidad. Llena siempre de tradiciones y costumbres entrañables, aunque algunas van evolucionando. Lo que no cambia es que es la época del año por excelencia para acordarnos de familiares y amigos, y desearles lo mejor en estos días y de cara al año nuevo.
Pero la forma en la que lo hacemos, hoy día, es diferente a la tradicional, dejando un poco de lado las tradicionales tarjetas de felicitación navideñas. Whatsapps, emails, postales virtuales… han relegado el típico christmas impreso. ¡Algo que desde Palgraphic abogamos por recuperar!
Siempre apostaremos por esta bonita tradición. Tradición de larga historia, que un interesante artículo de 20 Minutos ha repasado. Un repaso del que no queremos dejar de hacernos eco. ¿Repasas con nosotros?
El nacimiento de las felicitaciones navideñas
¡Empecemos! ¿Sabías que esta tradición comenzó en Londres en 1843? Según Isabel Donis, empresaria y miembro de la agencia de publicidad Ipsoideas, el ideólogo inglés Sir Henry Cole fue el creador de esta tradición. En aquel entonces, lo habitual era escribir cartas, pero, claro, escribir 15 cartas estaba bien, ¡pero 150 podría resultar agotador! Ante esta situación, se le ocurrió contactar con un amigo suyo pintor y le propuso diseñar una postal navideña para que la imprenta pudiera realizar muchas copias de ella. De esta manera, ahorraban trabajo y tiempo.
Sin embargo, no fue hasta 1860, cuando se empezaron a comercializar. Thomas Nast, el creador de la imagen de Santa Claus, organizó la primera venta masiva de felicitaciones en las que aparecía la frase “Feliz Navidad”. Dos años después, se empezaron a imprimir tarjetas navideñas en serie. Resultaron todo un éxito.
Como dato curioso, podemos comentar que la primera reina que encargó la impresión de estas tarjetas navideñas fue la Reina Victoria. En 1893, encargó 1.000 tarjetas a una imprenta británica. Este hecho fue el que desencadenó que esta práctica navideña se empezara a convertir en tradición en todos los hogares.
Un gremio, una felicitación
A comienzos de ese mismo siglo, el XIX, en España se empezó a practicar una tradición navideña muy curiosa: recibir en todos los hogares la visita del profesional de algún gremio con los que las familias españolas estaban habituadas a tratar: el barrendero, el sereno, la lechera, el cartero, la modista del barrio…
Estos se presentaban vestidos en sus mejores galas y traían consigo una tarjeta con la que deseaban feliz navidad. Como agradecimiento, los vecinos les ofrecían una propina, la conocida popularmente como ‘aguinaldo’.
De acuerdo con Alfred López, redactor del citado artículo 20 minutos, el primer registro que se tiene de ello es de 1831. Y eso mismo año, el equipo de ‘Diario de Barcelona’ decidió entregar felicitaciones, a través de sus repartidores, a los suscriptores del periódico.
Al parecer, este gesto por parte de los trabajadores resultó muy apreciado entre los lectores y estos, se lo agradecieron con un regalo navideño: el aguinaldo. Este acontecimiento motivó a que, a lo largo de los años, empresas de otros gremios emularan la idea.
Tal fue su éxito, que a finales del siglo XIX y principios del XX, prácticamente todos los oficios felicitaban de esta manera.
Estas tarjetas incluían ilustraciones que, en la década de 1890, se empezaron a realizar a todo color. En ellas se mostraba a los trabajadores de un gremio en particular, con una leyenda que decía algo así como “El cartero les desea Feliz Navidad y Año Nuevo” o “El ebanista les desea Felices Pascuas’”. En el reverso de la postal se introducía un poema que describía los servicios prestados por este profesional.
Con todo ello, desde nuestro ‘gremio’, os invitamos a felicitar la Navidad ¡como manda la tradición! ¡Feliz Navidad desde Palgraphic!