Hay ciertas cosas que sólo pasan en verano:
- Las redes sociales se llenan de pies posando en la playa: es abrir Instagram y Facebook y ahí están, seres extraños que sobresalen de la arena y que sólo salen de su cueva con el calor estival para posar ante la cámara del móvil.
- Vas a odiar la canción del verano y no dejarás de criticarla… Pero igualmente la bailarás como si no hubiera un mañana. Lo sabes, es una realidad y cuanto antes lo asumas, mejor para todos.
- Es tiempo de terracitas, pero encontrar hueco en una de ellas es misión imposible… Un momento ¿no es así? ¿la tuya espera triste y sola la llegada de algún cliente despistado? Mírala, ahí está ella toda arreglada, en la flor de la vida y viendo pasar los días sin nadie a quien hacer feliz… ¿a qué esperas para echarle una mano?
Aún estás a tiempo
Lo tenías todo pensado: un mobiliario adecuado, ventiladores con ‘flus-flus’ para refrescar el ambiente, alguna que otra planta, un rincón agradable a salvo de los molestos pitidos… ¿Cómo es posible entonces que tengas tan poco público? ¿no será que no te conocen? Es la única explicación, porque si supieran de la existencia de tu bella terraza tendría cientos de pretendientes deseosos de pasar con ella tardes inolvidables. No desesperes, aún estás a tiempo de aprovechar la temporada para atraer la clientela a tu negocio como si de un imán se tratara: los flyers son la respuesta, una forma muy económica y eficiente de darte a conocer.
Su efectividad les ha hecho perdurar a lo largo de los años, e incluso ahora, con todo el auge digital, siguen siendo una herramienta efectiva para publicitar todo tipo de servicios, pero ¿alguna vez te has preguntado cómo empezó la historia de este pequeño amigo capaz de salvar tu local? Su primera aparición estelar fue saltando de avionetas en la Segunda Guerra Mundial -de ahí su nombre ‘flyer’, volador- con fines propagandísticos y desde entonces no ha dejado de utilizarse: desde su consolidación como instrumento publicitario en los años 60 hasta la actualidad ¿la clave? Sin duda, su fácil distribución y bajo coste, unido a la posibilidad de producirlos de forma masiva. Hoy en día, su uso está más enfocado en las promociones de productos, pero no ha abandonado del todo su carácter propagandístico, hasta el punto de que volvimos a ver cómo los lanzaban durante la guerra de Afganistán (2001-2014) para desmoralizar a los soldados enemigos, regresando así a la misma fórmula con la que nació hace casi 80 años.
Diseño de los flyers
¿Cómo es el flyer ideal? Piensa, cuando caminas por la calle y te dan uno de ellos ¿qué es lo primero que capta tu atención? Si la empresa lo ha hecho bien y ha elegido el lugar adecuado para su distribución, probablemente seas la persona a la que quieren llegar y si está correctamente diseñado para cumplir su función será bien recibido. Los mensajes claros, sencillos y directos son su principal característica, también suelen ser coloridos, apelan a la interacción y su tamaño perfecto es de 22’5 x 15 cm. Además, no sólo se entregan en mano, también los vemos en los buzones de las viviendas, en los coches o acompañando una muestra de productos. Su objetivo está claro: impactar en la audiencia de inmediato para conseguir el fin que persigue, que suele ser el de publicitar algún servicio o promoción determinada y todo ello a un coste muy bajo, porque precisamente su éxito ha estado ligado a ello: abarata la publicidad.
¿A qué esperas para ayudar a tu solitaria pero hermosa terraza? Eres consciente del problema y sabes cuál es la solución: en Palgraphic somos especialistas en impresión offset y estaremos encantados de dar un empuje a tu negocio con la creación de esos flyers que necesitas. La calidad, el diseño y la rapidez son nuestras señas de identidad, no dudes en contactar y solicitar presupuesto.