Para los que ya peinamos alguna que otra cana, aunque sean escasas, uno de los recuerdos de nuestra etapa escolar es la mochila con la que todas las mañanas acudíamos al colegio. ¡Y cómo pesaba en muchos casos! Sobre todo si eras de los que te quedabas a almorzar en el comedor. Había que llevar los libros, los cuadernos y todo el material que tocara tanto por la mañana como por la tarde.